Ellos no se parecen en nada. Aun así, ambos causaron algo adentro mío. Ambos son salvajes y libres como el viento.
Uno lucha por lo que quiere, se esfuerza. El otro jamás se esforzará por miedo a perder. A uno lo amé profunda y sinceramente; Al otro lo destruí, mientras me destruía... Uno es el día, el otro la noche... Uno me da paz, el otro adrenalina. Uno es un huracán que pasa rápido y desordena mi ordén. El otro es una tormenta, la cual no extraño, pero cuando aparece me deja hecha un desastre y deseo su vuelta hasta olvidarla.
No sé, en qué lugar me encuentro.
A uno lo necesito en mi vida, para vivir. El otro, me destruyó (de una forma) aprender a vivir sin él. A uno lo llevo siempre conmigo a todos lados. El otro, viene a mi mente cuando sé que no debo pensarlo.
Uno es todo lo que pedí, El otro apareció cuando menos me lo imaginaba. A uno le debo mucho, al otro también. Uno me dió todo de sí, el otro trató de darme.
Con uno tuve una relación. Con el otro no tuve nada.
Conozco demasiado a ambos. Pero uno me vió entera, el otro vió lo peor. Uno me amó, con el otro hize el amor. Con ambos compartí silencios. Pero, sólo el silencio del otro me marcó.
Así en parte son ellos... y yo sigo. Ninguno ahora forma parte de mi vida. Y yo no sé, si quiero que lo hagan.
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